Durante nuestro trascegar por las empresas PYMES y Grandes, hemos podido comprobar que, la ley ” de la guerra del mercado”, en donde las rivalidades y competencias, y en últimas el egoismo, son el motor, no son la mejor forma de sobrevivir.
Cuando Darwin plantea su teoria de la evolución por selección natural, no es adecuado afirmar que el más fuerte sobrevive, lo que esta idea plantea es que quien sobrevive es el que se adapte mejor al entorno y sus cambios.
Teniendo como refente este concepto, las normas ISO tienen muy presente la relación empresa – proveedor: debe ser mutuamente beneficiosa plantean. Pero en la realidad las cosas son muy diferentes, las relaciones se caracterizan por:
Desconocimiento profundo de quién es el proveedor, qué planea, qué siente, cómo lo hace, etc.
Los problemas son causados por su mala calidad
El proveedor no va al ritmo que se necesita
No hay trabajo mancomunado
Si puedo demorarle el pago, se lo demoraré.
Romper esta barrera creada por el individualismo y hacer que el proveedor sea una verdadera parte del negocio, permitirá solidificar la cadena productiva, logrando tener más resistencia a los cambios que el mercado actual genera.
Para lograr esto, podemos seguir alguno de los siguientes caminos sencillos, entre otros:
Innovar transformando al proveedor de concepto: que se le mire como un CLIENTE.
Los proveedores son humanos, y en donde hay humanos hay errores. No esperar relaciones perfectas.
Hacer correos de felicitaciones por la labor prestada. Las felicitaciones deben ser generosas, sin ser falsas. Además deben ser individuales, nunca tener un formato de felicitaciones.
Crear indicadores de pago oportuno a proveedores.
Hacer tareas conjuntas, tanto de mejora de productos y servicios, como lúdicas.
Por Carlos Mahecha info@prismaconsultoria.com